martes, 28 de diciembre de 2010

A un biógrafo

"Los poetas, cuando escriben novelas, suelen hacer como
si fuesen Dios mismo y pudieran abarcar con su mirada todo una
historia humana (...) Yo n
o puedo hacerlo así como tampoco los poetas" (Herman Hesse)


Querido biógrafo déjeme decirle que no logra bien su labor. Cuenta la historia, la historia de una vida, una vida que es única y diferente a todas, cada vida es una historia increíble un relato infinito de sucesos que no pueden contarse como usted lo hace como si una vida pudiera caber en un libro, como si fuéramos individuos aislados, como si realmente alguien dejara de existir al morir, como si una historia pudiera ser atrapada en letras y leyes gramaticales.

Querido biógrafo cómo es capaz de contar una historia y dejar otra, cómo es capaz de preferir alguna vida, cómo permite que otras personas queden en el olvido, si cada historia merece ser contada.

Señor biógrafo usted cuenta una vida ¿quién cuenta la suya?


viernes, 5 de noviembre de 2010

A alguien que necesita Creer


(Empaco esta carta en una botella, espero que flotando por este ciberespacio
encuentre su destinatario
)
 

“Todo aquel que está
seriamente
comprometido con el cultivo de la ciencia, llega a convencerse de
que en todas
las leyes del universo está manifiesto un espíritu
infinitamente superior al
hombre, y ante el cual, nosotros con nuestros
poderes debemos sentirnos
humildes”. -Einsten

HOLA PERSONA QUE SE HA ATRAVESADO EN MI CAMINO

Te cuento que llueve afuera, reporto un trancón en la Av. 30 de Agosto y justo en esto momento me dan ganas de contarte, de gritarte, de escribirte: QUIERO CREER. Resulta que Creer es una palabra poderosa, un verbo sublime. Creer es confiar en lo que no se sabe, es tener fe en lo invisible.

Y tengo fe, tengo fe por ejemplo en el amor, el amor que todo lo puede y todo lo transforma. Y es así de sencillo Creo simplemente que si una señora ama a su plantita, esta será mas verde y bella que las otras, porque la naturaleza también siente, porque el universo también siente.

Porque uno siente al cielo y la vida de sus nubes, con solo mirar hacia arriba ¿o hacia abajo? (en cualquier habitación sin puertas) Y el cielo y el cielo y el cielo. Y yo mirando el cielo, y el cielo mirándome mirarlo, y yo mirando al cielo que me mira y sintiendo esa energía que resulta de mirar la grandeza de la creación.

Si, a mi me gusta pensar en pendejadas así, me gusta porque es lo que le da magia a este absurdo existir humano y es que vivir sin Creer se me parece a la triste calma del que vive sin amor.

Amor, amor, amor que linda palabra, otro ejemplo de Creer en lo que se siente. Y hay que hacerlo hay que Creer en lo que se siente porque qué será de nosotros si nos confiamos a la razón a la limitada razón agobiada por la rutina, la rutina que hace olvidar esa vaina extraña de Creer en la belleza de lo simple se apaga.

Por favor Cree, Cree que somos mas que pedazos de materia ambulante, somos ideas, somos fe, somos Creencias. Somos algo más que organismos creciendo y muriendo, que porque alguien muera no significa que deje de existir. “Si no fuéramos algo más que individuos aislados si cada uno de nosotros pudiese realmente ser borrado del mapa por una bala de fusil no tendría sentido ya relatar historias“ (Cito una vez más a Heese)

Y es que contar tu historia o la mía es contar la historia del mundo, porque cada vida y cada historia es infinitamente sagrada, infinitamente mágica, infinitamente extraña y es una locura esto vivir, esto de Creer.

domingo, 25 de julio de 2010

Carta previa a un escape

Un espíritu lo agarra, y hace que grite y
que le den ataques y que eche
espuma por
la boca. Lo maltrata y no lo quiere soltar.
Lc 9,39


Llevaba tres semanas padeciendo esta tortura, en los últimos días no me había movido de una esquina de la pequeña y oscura habitación que arrendaba.
Ellos me poseían, todo el tiempo me vigilaban, hacían ruido en mi cabeza, hablaban todos al tiempo, me daban ideas alocadas, buenas, santas, diabólicas, olores, sabores, sentimientos, imágenes, sonidos, recuerdos, canciones, preocupaciones, oraciones, formulas; todos al tiempo, hablando tanto que no decían nada.

Tanto, que ni siquiera podía entenderlo, también cuando pecaba, también cuando oraba, rujian con ferocidad en mis pesadillas aun cuando estaba despierto, me encerraban en pinturas abstractas, eran como demonios que me asaltaban, me atacaban. Daban una triste alegría, una dulce amargura, me estresaban y aburrían, eran antigua novedad, me engañaban con la verdad, me encarcelan con la libertad, me libertaban con la esclavitud. Eran reales en la fantasía, eran tímidos y abusivos, como un pobre acaudalado, como un lento acelerador, eran aceptada negación, eran desnudos acorazados, eran una falsa realidad, que no dejaba de seguirme, deseaba huir y no escucharlos, pero estaban en todas partes, no podía esconderme, no eran la mirada de Dios, ni los impuestos, eran algo más peligroso y mortal; eran mis pensamientos.

Unos rellenos de flacura, tan enanos como el Olimpo marciano, tan salados como la miel, tan cuerdos como la locura, unos gigantitos, y otros chiquitotes, eran impura pureza, eran triste alegría. Eran la sombra blanca de mi luz negra.
Un día se alejaron, no por atender mis gritos callados. Simplemente se alejaron.
Toqué silencio, saboree vacio, oí blancura, olí inexistencia, vi soledad, pensé nada, justamente nada. ya no me atacaban ¡ya no me seguían! ¡Era libre de ellos! No me alegré, cuando un miedo se aleja es porque viene uno mas poderoso.
Yo tenía razón, venía a mi algo con más poder, un solo pensamiento, un pensamiento mas grande que todos, era un pensamiento sobre ti, era un pensamiento de amor. Tu amor fue quien me libró de ellos. ¿Nos fugamos? --dijo tu abuelo.

sábado, 24 de julio de 2010

A un cazador de algodones

Si me dijeran pide un deseo preferiría tener un rabo de nube.
Silvio Rodriguez Rabo de Nube


Paseas blanca mascota siempre a esa hora en la que yo me paseo a mí para ver la tarde, para respirar el aire que calienta el sol. Tengo 10 segundos al día para para darte un tímida sonrisa que no contestas y que no se si viste. Sigo caminando no dejas de mirarme. Cada día pasa igual de lento hasta que llega esa hora en que tu perro desea un paseo para orinar, tiempo en que salgo a caminar para orinar conflictos no resueltos y ensayos no terminados y otra vez no contestas mi sonrisa, no importa lo intentaré las veces que sean necesarias. Asistamos puntuales a nuestras citas de que a veces se alargan a 15 o 20 segundos.



Llegué corriendo por el retraso de una llamada, estabas mirando tu reloj, sentado junto a tu perrito blando, esponjoso, liviano, que camina como flotando y mueve su colita de algodón blanco y gris. -- ¿Por qué tienes de mascota una nube? Pero no respondiste, cargaste tu nube con cuidado de que el viento no la deformara. Debí preguntarte por el clima o por tu nombre pero no comparar tu mascota con un algodón errante.



Hoy te espero no llegas ¿Qué pasa? ¿Se ofendió tu perrito? ¿lo llevaste a llover otro lado? ¿fuiste a cazar más nubes? Te espero hasta que oscurece, no hubo lindo atardecer. Mejor camino por una ruta diferente. Después de un rato veo parte de tu cabello, esponjado y oscuro como nube tormentosa, tras una pared. Estas murmurando --descubrieron nuestro secreto, además mi madre no soporta más lloviznas en el tapete, te extrañaré. Me asomo algo mas y veo como le quitas la correa azul a tu amigo y dejas que se una flotando al cielo gris donde muerde una nube salchicha, veo una nube gato que persigue una nube ratón, una nube flor y una nube nota: MAÑANA A LA HORA DE SIEMPRE.
Para Tomy una mascota que volvió a las nubes (2001-2010)

lunes, 21 de junio de 2010

ESCRIBIR, SOLO ESCRIBIR


No escribo porque lo haya elegido; escribo porque tengo que hacerlo”
John Boyne


Me hipnotiza lo suave del papel, lo oscuro del grafito, lo alucinante de la inspiración, mi corazón se acelera. Luego escribir, sólo escribir.

Escribir para no gritar. Escribir para que nada duela. Escribir para encontrar esa respuesta que no existe. Escribir para decir lo que no se habla. Escribir para evitar exorcismos. Escribir para liberarme de mis demonios. Escribir para encontrar fortaleza. Escribir para que no llueva de los ojos.

Escribir, dejar que el mundo se desdibuje un poco. Escribir, un corrientazo atrevido de ideas. Escribir, el ambiente se te comienza a ondular. Escribir, un acto psicoactivo. Escribir, pensar justamente en nada, pero saberlo todo.

Escribir, un impulso que me lleva a buscar desesperadamente un lápiz. Escribir, no importa si es en la ropa, las paredes, las mesas, los zapatos, las portadas de cuadernos y libros. Escribir para se medium de ideas que tienden a brotar espontáneamente de… ¿de dónde? no se. No entiendo lo que escribo. No pienso cuando escribo. Sólo dejo a mi mano hacer jeroglíficos sobre el papel. Me dejo llevar por ese impulso creador, hasta que exhausta mi mano no puede más, el lápiz quebrado, mis manos rayadas y la tinta acabada.

Lo grave es cuando este impulso llega, me sucede en un lugar donde no hay como escribir. Estoy en un baño, en una comida o en un evento social, intento controlarme pero me ataca con más fuerza el incontenible deseo. Dejo de hablar y de hacer lo que esté haciendo y con la mirada desesperada busco un lápiz, un carbón, espuma; deseo comenzar a rayar con el tenedor, escribir en la mesa con pegotes de comida, escribir en la arena. Pero cuando mi educación y mi inútil razón me lo impiden, ese deseo comienza a bajar a mi estomago y va creciendo, me siento enorme y pesada. Siento que mi piel va a estallar, mi respiración se detiene hasta que logro encontrar esos elementos necesarios para la vida y ya con ellos, recupero la respiración para perderla de nuevo

Me hipnotiza lo suave del papel, lo oscuro del grafito, lo alucinante de la inspiración, mi corazón se acelera. Luego escribir, sólo escribir.

A cierto fotógrafo


¿Dónde las tardes sepias de las fotografías?
¿Dónde la soledad que el fotográfo arrulla?
(Willian Ospina)


Desde un rincón del salón veo como usted saca de su pequeño maletín una enorme arma que en sus manos toma forma de cámara fotográfica. “la fotografía es un hecho violento”—dice usted con una voz de superhéroe que insinúa que tomar fotos es como salvar el mundo con todo lo gratificante y riesgoso que eso implica.
Usted encuentra divertido pasarse la vida tomando fotos, pero tal vez pasa inadvertido que también se pasa la vida escribiendo historias. Usted limpia telaraña y polvo de personas olvidadas, usted logra convertir una persona del común en un profeta, usted resalta lo que todos ven pero nadie nota, usted logra que alguien se conozca un poco mas al verse retratado, usted hace inmortal un segundo vulgar, usted escribe historias.
Estoy de acuerdo en que escribir historias es de las mejores cosas con las que se puede pasar la vida, es permitir que un mundo diminuto tenga el valor que se merece, es dejarse irradiar por el universo lleno de hazañas únicas que es cada persona, pero es también como tener una penosa enfermedad que no da permiso de dejarse arrastrar por el tiempo sino que imprime de responsabilidad cada segundo y cada espacio y obliga a permanecer alerta en cacería de historias invisibles de detalles escondidos.
No se si estoy exagerando o disimulando pero así es como yo siento que es contar historias.
Usted escribe fotos y yo retrato letras.

jueves, 10 de junio de 2010

Carta a una amiga triste

el dolor es dulce (Rayuela 7)



Duele,arde,enferma, desangra, infecta, se te enferma ese órgano que bombea a todo lado esa sustancia que a unos les da valor y a otros martirio. Pero a ti te enferma, solo te enferma, duele y enferma.

Le recomiendo amiga mía que coma chocolate, si se los obsequian los enamorados debe ser que… ups dije una palabra indebida (e n a m o r a d o s) olvídalo mejor pensemos en un huevo de chocolate, con cascaras de chocolate, las cáscaras de huevo son recomendables, si curan puentes pueden curar ese órgano que alimenta de vida cada célula tuya, esas células que también sienten dolor, “sana que sana célula de rana, si no sana hoy sanará mañana”—te manda a decir mi hermanita, es el mejor remedio para curar dolores que ella conoce.

A mi ya se olvidaron los remedios y no creo en los que recuerdo, no creo en el tiempo, no confío en las sorpresas, no me salen las ayudas, no me brotan los consejos, no creo en los que escucho, no funcionan mis soluciones.

Solo algo me anima de esto, que vas por esta vida sintiendo, que aun hay algo para motivarse y sentir dolor, sin el doler no se aprecia la alegría, solo imagina la triste calma del que no siente, al que nada le duele, nada le alegra, nada lo motiva, nada de nada y nada de nada aburre, opaca, apoca, apaga. No te apagues…

miércoles, 9 de junio de 2010

Carta a un profesor que no mira la ventana

Profe está haciendo calor. Le recomiendo que pare la clase y mire la ventana. Déjenos ir a comer helado y solo ver la ventada. Bueno es cierto que la clase acaba de empezar, pero usted no sabe lo que se esta perdiendo por no mirar la ventana. Por esta ventana estoy viendo maravillas mientras usted solo ve caras que no lo miran.

Yo miro la ventana y disfruto ver que vecinos que aún se saludan, amo eso. Amo ver como caen las piedras al rio, amo emprender aventuras y perderme en senderos que camino desde esta ventana. Amo ver ese avión que pasa, me dice que aun alguien se mueve que aun alguien va de un lado a otro buscando aquí lo que esta mas allá de las estrellas. Amo ver personas que luchan a pesar de que saben que están perdidos. Amo ver pequeños insectos. Amo ver una sonrisa por fingida que sea tal vez si alguien finge ese fingimiento se quede y se vuelva real. Amo saber que aún vivimos, que aún luchamos, que aún cantamos, que aún soñamos, que aún gritamos por la libertad.

Bueno profe creo que no le he convencido de que mire por la ventana. Intentaré que oiga, no a mis ruidosos compañeros, eso no, oiga a un pájaro que esta por ahí piloteando a un árbol. Un árbol que le da sombra a un par de idiotas, que sienten la fuerza de la vida en una mirada, mientras se inspira en ellos un poeta enamorado del silencio.

A pesar de esta clase, soy feliz por ver gente como usted que aun tiene esperanzas. Gente como usted, que cree que hay alguien que le pone cuidado a su materia de relleno planeada para construir un mundo mejor. Mientras los estudiantes lo dibujan, se toman fotos, planean como apoderarse del mundo o como yo escriben tonterías que nadie leerá.

jueves, 20 de mayo de 2010

Carta a un vaso de agua


Vaso de agua me preocupa lo que lo subestimen, diciendo que ahogarse en un vaso de agua es poco. Vaso de agua usted no es poca cosa, hay vasos grandes y personas pequeñas, hay agua clara y hay coca cola, hay vasos normales y casos paranormales, cada gota suya vale, hay gotas que ahogan en la nariz y asfixian en la garganta. Usted vaso de agua puede quitar la sed o aumentarla. Hay vasos de agua vacíos, y hay agua regada. Usted puede ser un tsunami para una población de hormigas. Puede ser el ahogo de un dedo, si alguien lo bebe con velocidad puedes toser en ataque, entorpece si habla al tiempo, un vaso de agua deja de serlo si tiene limón o tintura, es mortal con un poco de veneno, endurece en un congelador, y vuela con el calor. Usted un vaso de agua no es insignificante menos en tanto desierto.